1. GENERALIDADES SOBRE EL CONCEPTO DE EVOLUCIÓN COSMOLÓGICA, GEOLÓGICA Y BIOLÓGICA

EVOLUCIÓN COSMOLÓGICA:

La historia del universo inicia hace aproximadamente trece mil ochocientos veinte millones de años, en un fenómeno que hoy conocemos como el Big Bang.

La cosmología moderna nos ha enseñado que el universo comenzó con un tamaño millones de veces más pequeño que el de un átomo y desde entonces no ha detenido su expansión. Eso significa que en algún instante justo después del Big Bang el universo necesariamente estuvo contenido en un volumen no más grande que el de una ciruela: el universo entero cabía en la palma de una mano. Del contenido de ese diminuto volumen eventualmente nacerían no solo el sol y sus planetas, sino incluso aquellas galaxias que se encuentran a miles de millones de kilómetros de nosotros, en algún otro rincón oscuro del espacio. De aquella pequeña esfera también nacería el hombre: todos los seres humanos provenimos de ese diminuto volumen incandescente que existió hace millones de años instantes después del Big Bang.

 

"Ser conscientes de que los átomos de nuestro cuerpo alguna vez fueron parte de una estrella inevitablemente nos hace reformular nuestro lugar en el universo y lo extraordinario de la naturaleza humana: no solo existimos en este universo, el universo también existe en nosotros"

 

EVOLUCION GEOLOGICA:

Las primeras etapas, desde que empezó la solidificación de la masa incandescente hasta la aparición de una corteza permanente, no dejaron evidencias de su paso, ya que las rocas que se iban generando, se volvían a fundir o, simplemente, eran "tragadas" por una nueva erupción. 
Estas etapas primitivas son todavía un misterio para la ciencia. Además, el paso del tiempo, la erosión, los distintos cambios... han ido borrando las señales, por lo que, cuanto más antiguo es el periodo que se pretenda analizar, mayores dificultades vamos a encontrar para estudiarlo. La Tierra, no lo olvidemos, sigue evolucionando y cambiando.

La historia geológica y la historia biológica de la Tierra estudian el pasado terrestre según una escala temporal acordada entre los científicos. Este estudio se basa en el análisis de las capas superiores de nuestro planeta y de los restos fósiles que en ellas se encuentran.  



EVOLUCION BIOLOGICA:

Aunque no todos los científicos que estudian el origen de la vida estaría en condiciones de articular los fundamentos que acabamos de exponer, todos están de acuerdo en que debe existir una explicación científica para el  origen de los seres vivos.

Según se piensa habitualmente, los primeros restos de seres vivos datan

de hace unos 3.500-3.800 millones de años, fecha muy precoz, si se tiene en cuenta que la tierra se formó hace unos 4.500 millones de años. Se trata de restos fosilizados de microorganismos unicelulares, al parecer del mismo tipo de los que forman unas acreciones calcáreas, llamadas estromatolitos, que se observan actualmente en la costa de Australia. Hay que esperar hasta hace 500 millones de años para que aparezcan los seres pluricelulares. Para explicar el origen de estos primeros seres unicelulares, el primer problema con que se enfrenta el científico consiste en reconstruir, aunque sea de modo aproximado, la situación química del ambiente en esos momentos de inicio de la vida en la tierra. Se ha conseguido, por medio de diversos estudios, deducir que la atmósfera terrestre en esa época carecía de oxígeno y era fundamentalmente reductora, compuesta de metano, amoniaco, vapor de agua, y anhídrido carbónico. Pero no está nada claro cómo se ha podido producir el paso de estos componentes a la célula más sencilla.

En primer lugar, es objeto de estudio qué puede ser «la célula más sencilla»: ¿ cuántos componentes ha de tener como mínimo para garantizar sus procesos vitales y su reproducción? Ese problema admite dos enfoques: intentar buscar entre los organismos actuales el más sencillo, o intentar deducir, con   nuestros conocimientos de biología, qué componentes mínimos debe tener una célula para poder vivir. En ambos casos no sabemos si, en la situación de la tierra en aquellos momentos, habrían sido necesarios más o menos componentes, o simplemente otros distintos.

Además, se abre un curioso dilema: los seres vivos precisan unos componentes concretos (proteínas y lípidos) y un sistema de función primordialmente informativa (ácidos nucleicos). Los primeros sin los segundos darían origen a formaciones que no se pueden copiar y reproducir y los segundos sin los primeros no podrían expresar su información para permitir la copia. Ambas dificultades tienen atisbos de solución o, al menos, observaciones sugerentes de vías de salida: si existe suministro continuado de ciertos componentes básicos, se ha observado la formación de micro vesículas que se multiplican (coacervados); y también se ha observado que algunos ácidos nucleicos tienen capacidad
enzimática, con lo que podrían realizar a la vez el papel de portadores de información y de componentes funcionales de la célula.

Existen más detalles que apuntan sugerencias de cómo se pudo formar el primer viviente: suministro continuado de materias primas en fuentes sulfurosas submarinas; formación de redes de reacciones químicas en ciertos entornos con varios componentes, que tienden a decantarse hacia unos compuestos y  reacciones y no hacia otros; y algunas más.

Sin embargo, todas estas suposiciones, aunque casan de modo más o menos correcto con las observaciones biológicas y geológicas, están extraordinariamente lejos de conseguir una esquema ni siquiera medianamente completo del origen de la vida.

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